Santiago de Chile, 3 abr (EFE).- Tras meses de planificación, este lunes iniciaron las obras para la reapertura de uno de los accesos principales a la icónica estación Baquedano del Metro de Santiago, epicentro de las protestas sociales que sacudieron Chile en 2019.
Desde entonces, estaba cerrado al público por su profundo deterioro y convertida en monumento ciudadano.
La remodelación, parte del Plan de Recuperación de Espacios Públicos impulsado por el Gobierno del presidente Gabriel Boric, busca recuperar el espacio sin perder su “carga simbólica”. Actualmente se le conoce como “Jardín de la Resistencia” y se busca reconocer el lugar como histórico para el país.
“Hemos visto cómo se ha querido contraponer la idea de seguridad a la idea de Derechos Humanos y creo que este espacio viene a refutar aquello”, señaló al delegada presidencial de la Región Metropolitana, Constanza Martínez durante el lanzamiento de las obras de remodelación del acceso a estación Baquedano.
La autoridad regional destacó a Plaza Italia, rebautizada como Plaza Dignidad por los manifestantes durante aquellas protestas de 2019, conocidas como “estallido social”, como un “sitio histórico” y que por tanto “merece un estándar como tal”.
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“Hemos celebrado triunfos deportivos, como la Copa América, hemos tenido las marchas más grandes de la historia de nuestro país, y también ha habido compatriotas que han perdido la vida, por lo que este espacio pretende reconocer eso, y ser un espacio de memoria y encuentro“, explicó a la prensa Martínez.
“Vamos a seguir muy confiados y convencidos de que es necesario recuperar estos espacios públicos, porque mejoran la calidad de vida, la seguridad, hace que los vecinos se sientan más seguros, y porque también queremos que este espacio recupere su carácter histórico y neurálgico”, agregó.
El sector de Plaza Baquedano, uno de los más concurridos de la capital chilena, tiene en sus registros importantes hitos que han marcado al país entero: el triunfo del “no” a la continuidad del dictador Augusto Pinochet en el plebiscito de 1988, el tercer puesto de Chile en el Mundial de 1962 o las marchas estudiantiles de 2006 y 2011.
En el imaginario chileno, específicamente capitalino, la glorieta es además la frontera invisible entre los barrios ricos y pobres de Santiago y es habitual que los santiaguinos ubiquen lugares en función de si estos están “arriba o abajo de Plaza Italia”. EFE
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