La organización Greenpeace alertó este viernes recién pasado de que la minería submarina sigue siendo una amenaza para los océanos aunque no obtenga luz verde en las negociaciones de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, siglas en inglés).
La Asamblea de la ISA concluye en esta jornada sus reuniones sobre la minería submarina en Jamaica, después de que dos semanas de negociaciones del Consejo no lograran adoptar una regulación sobre esta industria.
En un comunicado, Greenpeace explicó que la oposición a esta industria en el seno de la ISA va en aumento y que más de 20 Gobiernos han pedido una pausa, por lo que las empresas mineras de aguas profundas no obtendrán luz verde inmediata para sus trabajos.
“La industria minera de los fondos marinos se preparaba para hincar sus dientes mecánicos en el lecho oceánico, pero su apuesta les ha salido mal, ya que han subestimado seriamente la importancia de la ciencia y la equidad frente a una empresa meramente especulativa y lucrativa”, declaró Marta Martín-Borregón, responsable de Océanos de Greenpeace España.
Martín-Borregón destacó “la creciente concienciación y movilización de la opinión pública” y que “la mayoría de los Gobiernos no quieren que su legado sea dar luz verde a la destrucción de los océanos”.
Las decisiones adoptadas por el Consejo de la ISA el 21 de julio significan que una mayoría de países -entre ellos España, Brasil, Costa Rica, Chile, Vanuatu, Alemania y Suiza- no cedieron a las presiones de la industria -apoyada por naciones como Noruega, Nauru y México- para acelerar las normas de la minería submarina.
El precio de las acciones de la empresa The Metals Company, líder del sector, se desplomó como consecuencia de la reacción de los mercados ante la noticia.
Sin embargo, la ISA sigue sin cerrar una laguna legal que daba un plazo de dos años, el cual expiró el pasado 9 de julio, y que permitiría a una empresa solicitar una licencia provisional.
Según Greenpeace, en la Asamblea de la ISA esta semana, los países a favor de la minería reaccionaron intentando silenciar la creciente resistencia a la minería submarina.
Hasta este viernes, China seguía oponiéndose a una propuesta de los Gobiernos de América Latina, el Pacífico y Europa para abrir un espacio de debate, mientras que la Secretaría de la ISA restringió a los periodistas y reprimió las protestas pacíficas durante las reuniones, indicó la nota.
Greenpeace cree que la forma de detener esta industria es mediante una moratoria que se centre en establecer una protección y que exija que más Gobiernos se pronuncien para salvaguardar el océano.
Durante las reuniones de la Asamblea de la ISA, varios países, entre ellos Brasil y Costa Rica, insistieron también en la necesidad de una moratoria a la minería sumbmarina.
La embajadora brasileña, Elza Moreira Marcelino de Castro, dijo que “el actual nivel de conocimiento y de datos científicos no es suficiente para aprobar proyectos de minería submarina más allá de las jurisdicciones nacionales”, por lo que su país aboga por una pausa de al menos un periodo de 10 años.
Tras concluir sus reuniones el pasado 21 de julio, el Consejo de la ISA informó en un comunicado que “tiene la intención de continuar la elaboración de normas, reglamentos y procedimientos” relacionados con la minería submarina con miras a su adopción en la trigésima sesión de la Autoridad.
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