Un devastador terremoto asoló al oeste de Afganistán el pasado sábado 7 de octubre con un conteo de víctimas que alcanza las 4.500 personas, entre personas heridas y fallecidas, según EFE.
“Saqué a mis 8 sobrinos con estas manos, pero todos los que saqué estaban muertos“, relató Nazeer, uno de los sobrevivientes de la catástrofe a EFE. El hombre oriundo del distrito Zindah Jan se encontró en la zona cero del sismo, cuando empezaron a caer escombros a su alrededor.
El terremoto de 6,3 grados de magnitud afectó a 13 de las veinte aldeas que componen la localidad. “¿Adónde iremos?, todo, incluidas las casas destruidas”, lamentó la víctima de 32 años cuando vio todo demolido a su alrededor. De su familia solo quedaron dos supervivientes, Nazeer y su tía, quien solo estaba de visita.
Ante la ausencia de sus sobrinos solo pudo dedicarse a labores de rescate, retirando los cuerpos atrapados entre los restos de adobe y piedra.
Al seísmo le siguieron cinco réplicas el mismo día, con tres temblores el lunes y otros cuatro este miércoles 11 de octubre. Según EFE, los talibanes señalaron el hallazgo de cerca de mil fallecidos, pero aun no pueden indicar un número preciso de las víctimas fatales.
Por otro lado, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), estimó que más de 12.000 personas se han visto afectadas por el mortífero terremoto. Incluidas 1.730 familias.
Zindah Jan es una zona dedicada principalmente a la agricultura y la ganadería, por lo que los habitantes deben abandonar el país para realizar otros trabajos. El territorio ha sido azotado por el cambio climático, y un gélido invierno cada vez más cercano preocupa a los sobrevivientes.
“Recibí mantas, esta zona tiene vientos estacionales y clima frío”, indicó Nazeer tras el terremoto en Afganistán. Ahora vive en una tienda de campaña ubicados en un campamento, al amparo de organizaciones humanitarias y los talibanes.
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